Nuestros errores han provocado situaciones no deseables como estas: En el afán de mejorar las políticas de protección social hemos perdido el control de la situación. Hace unos años defender la llamada Renta Básica hoy Renta de Garantía de ingresos era lo más progresista, y sin embargo en este momento, todos y todas callamos o bajamos la voz, antes de que se nos diga que estamos ayudando a los “putos moros”, a los “putos negros”, a los “putos latinoamericanos”… en detrimento de la población autóctona ¿por qué? Porque lo hemos hecho mal.
Hemos pretendido trabajar por la integración y hemos provocado el rechazo de personas no predispuestas a él. ¿Por qué? Porque lo hemos hecho mal.
Nuestros Servicios Sociales y los recursos de los que disponen, lejos de provocar un tránsito a una situación de normalidad, se han convertido en un lugar de estancia vitalicia ¿por qué? Porque lo hemos hecho mal.
Toda la cartera de recursos puesta al servicio de la tercera edad no da respuesta a las necesidades de dicha población ¿por qué? Porque lo hemos hecho mal.
Se han construido muchas viviendas, incluso demasiadas en algunos lugares, viviendas que incluso superan en prestaciones a las viviendas del mercado libre, sin embargo tenemos personas viviendo en malas condiciones, tenemos gente víctima del desahucio, y tenemos viviendas vacías. ¿Por qué? Porque lo hemos hecho mal. Tenemos un servicio sanitario con buenos profesionales, con medios técnicos, y sin embargo se desborda, una gratuidad que hemos traducido en muchas ocasiones en abuso y que por tanto hace tambalearse al sistema ¿por qué? Porque lo hemos hecho mal.
Porque propugnamos leyes que no cumplimos, porque las leyes han provocado una situación encorsetada que no provoca la equidad, sino situaciones injustificadamente injustas, porque tanto hablar de educación para ciudadanía y no hemos aplicado pedagogía alguna sobre la corresponsabilidad de lo público y mucha gente o no se plantea nada o cree que el gobierno de turno hace billetitos por la noche, porque todos y todas hemos aprendido a decir “estoy en mi derecho y lo reclamo” y eso está bien, pero nos hemos olvidado de que es una moneda de doble cara y que donde hay derechos también hay obligaciones.
Se puede seguir así hasta que la cuerda resista o, pararnos y ver qué hacemos, ver como reconducir todos los desajustes que se han ido produciendo, revisar desde la base, desde la realidad que provocan y cambiarla.
Como mujer de izquierdas, como candidata de Ezker Batua, como ciudadana de Vitoria-Gasteiz, quiero que las cosas cambien. Se pueden y se deben cambiar, pero sólo las urnas hoy por hoy, permiten a través de los representantes que elegimos que esto ocurra.
Hay que votar para que los grandes partidos no salgan beneficiados por la cara, y una cosa más, los cambios no vendrán del PP, del PSE, o del PNV, que nunca son capaces de reconocer que algo han hecho mal, los cambios no vendrán de quienes reconociéndose de izquierdas primero piensan en la identidad y la independencia. Los cambios vendrán de la izquierda organizada y no organizada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario