viernes, 4 de junio de 2010

AHOTSAK, CUATRO AÑOS DESPUES

Hace unos dias me pidieron mi aportación, como miembro del aquel grupo promotor de la iniciativa Ahosak -mujeres ante el proceso de paz-, desde el diario Berria. El artículo se publicó el dia 2 de Junio, y yo he querido colgar aquí este post, con mi aportación completa, tal y como remití al diario.

1) Hace 4 años nació Ahotsak. ¿Cómo recuerda esa iniciativa?
Ahosak que comenzó la gestación en el seno del Parlamento Vasco, se socializó cuando mujeres de formaciones políticas de Navarra y del País Vasco Francés y sindicalistas de todas las centrales mayoritarias se sentaron, para ir poco a poco construyendo un manifiesto de todas. Fue una iniciativa construida desde la palabra, desde el deseo auténtico de encuentro, desde el convencimiento de que teníamos que partir de lo que nos unía, y potenciarlo. Todas sin distinción deseábamos la paz para Euskal Herria y estábamos dispuestas a gastar todas las horas del mundo para llegar a “encuentros”.
Ahotsak comenzó sin nombre y una tarde de sábado logró tenerlo, se la re-conoció.
Se presentó en Donosti el 8 de Abril de 2006, en ese momento dejó de ser “propiedad” del grupo promotor, para convertirse en una iniciativa compartida con todas aquellas mujeres (y hombres) que se iban sumando. Según se presentó la iniciativa, comenzaron a adherirse mujeres a través de la web.
Luego mujeres del movimiento feminista se sumaron y así poco a poco fue siendo una iniciativa que sumaba y sumaba, hasta que en el Euskalduna (2006/12/02) pudimos gritar que ya éramos: 5.000
La larga gestación y el nacimiento de Ahotsak significó una de las tareas más importantes y gratificantes de mi actuación personal y política, y una reivindicación del hecho ser mujer.

2) ¿Qué aportó Ahotsak a la pacificación? ¿Ayudó en algo?
Ahotsak, aportó ESPERANZA, y dio voz a muchas mujeres que deseaban participar activamente en la construcción de la paz. Y eso, en sí mismo, creo que pone en valor la aportación de la iniciativa.
Ahotsak, aportó un manifiesto consensuado, que había sido medido y revisado palabra por palabra, un manifiesto donde todas nos sentíamos cómodas y que políticamente era una hoja de ruta básica. No se pretendía sustituir a nadie, pero si queríamos dar un impulso y ser sujetos activos del proceso. Las mesas de negociación siempre estaban y están conformadas por hombres, sin embargo los procesos violentos quienes más los sufren son las mujeres (esposas y madres), por lo tanto nos movía el convencimiento de que algo teníamos y podíamos aportar.
Lo aportamos con aquellas tres premisas que exponíamos:
1º La consecución de la paz es una exigencia colectiva y una prioridad política. Es también una tarea de todas y todos y no consiste únicamente en ausencia de cualquier violencia.
2º Todos los proyectos políticos se pueden y se deben defender.
3º Si la sociedad vasca, la ciudadanía del País Vasco o Euskal Herria desea transformar, cambiar o mantener su actual marco jurídico-político, todos y todas deberíamos comprometernos a respetar y establecer las garantías democráticas necesarias y los procedimientos políticos acordados para que lo que la sociedad vasca decida sea respetado y materializado.
Pretendíamos y lo decíamos, blindar el proceso para que no embarrancase y para que no se frustrase, pero no pudimos evitar las posteriores actuaciones de ETA y las mujeres que podíamos pelearnos con los hombres (y con algunas mujeres) de nuestras propias formaciones, no pudimos superar el escollo de los atentados.

3) ¿Hoy en día vería viable y posible poner en marcha una iniciativa igual? ¿Ayudaría en algo?
Cualquier iniciativa que surja en el futuro no podrá despreciar nunca el texto que más consenso explícito, ha logrado en torno al tema del proceso de paz.
Ahotsak, quedó tocada por la frustración que provocó la vuelta a la lucha armada de ETA y sus atentados. Había sido una iniciativa valiente e inteligente, pero no pudo con los imponderables.
Hoy no se podría reeditar Ahotsak como Ahotsak, tendrán que ser otras iniciativas, que verán la luz estoy segura, las que deberán tomar el testigo. Estoy convencida de que la participación activa de la ciudadanía es imprescindible para conducir a buen puerto cualquier proceso de este tipo y estoy convencida también, de que las mujeres seguimos teniendo mucho que aportar aunque no nos sentemos en ninguna mesa de negociación.

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