viernes, 18 de junio de 2010

PSE-EE: POLI BUENO, POLI MALO

Cuando he leído la noticia he recordado eso de poli bueno, poli malo. Por un lado, Eguiguren (Presidente del grupo parlamentario socialista) ha elaborado una reflexión en la que entre otras cosas, pide al lehendakari y al PP vasco, como socio preferente del Gobierno autónomo, que "lideren" el final de ETA y propone que se discuta la posibilidad de legalizar a Batasuna.
Por otro, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, considera que el presidente del PSE, Jesús Eguiguren, está "profundamente equivocado" cuando plantea que Batasuna deje de ser ilegal. En su opinión, el dirigente vasco "suele tener buenas ideas", pero afirma que "esta de hoy no es buena" y quiere dejar claro que el Gobierno "no va a ir por donde él dice".
Y por último, el lehendakari, Patxi López, ha dejado claro hoy que él lidera la política de pacificación del Gobierno Vasco que, según ha señalado, no ha variado, y ha advertido a la izquierda abertzale de que no va a poner "una pista de aterrizaje a un mundo que sigue sin hacer lo que le corresponde".
El Partido Socialista en Euskadi, no es la primera vez que pretende soplar y sorber (se puede comprobar en la hemeroteca) y muestra, a un sector del mismo posicionado a favor del diálogo y la resolución del conflicto (sector vasquista) y a otro, alineado con las tesis más cercanas al nacionalismo español y al PP, donde se manifiesta que a la izquierda abertzale, es decir al enemigo, ni agua. De esta manera, pretende dar gusto a todos los sectores del electorado, pero lo único que hace es poner de manifiesto sus incongruencias.
Eguiguren, sabe de sobra como Patxi López consiguió ser lehendakari, con una doble jugada: ilegalizar a la izquierda abertzale y vincularse con el único partido que, hasta el día anterior a las elecciones, dijo que PSE nunca pactaría. La entrada en el terreno de juego de los “ilegalizados” comprometería con seguridad la lehendakaritza y ante esto, él afirma : “perder habiendo conseguido la paz, eso sí que sería una derrota dulce. Mucho más dulce que una victoria sin haber conseguido la paz». Si en política se actuase con honestidad, esta frase tendría un alto valor, sin embargo, después de lo que he visto, creo que sólo es una frase dicha para la galería -que me perdone el Sr. Eguiguren si me equivoco-.

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