EZKER BATUA: ¿DIVIDIMOS AL NIÑO?

He permanecido en silencio con respecto a lo que está ocurriendo en Ezker Batua. He permanecido en silencio deseando que todo fuera sólo una pesadilla de la que pudiera despertar y decir, “uf! no ha ocurrido”. Pero no es así.

Voy a confesar algo. Yo, que pienso que me he manejado bien en el debate político, que he podido durante mis años de parlamentaria, llegar o no llegar a acuerdos con todas las formaciones políticas existentes en este País y que eso nunca me ha violentado, me siento tan mal con las luchas internas, que reconozco que si me dejara llevar “saldría huyendo”.

No soy una mujer que se mueve cómoda en la bronca, quizás tenga pocas habilidades para manejarme en ella. La verdad es que prefiero poner mi esfuerzo al servicio de la palabra, de los acuerdos, de la negociación,… y creo que tengo capacidad para trabajar y unirme a otros y otras para conquistar mayores niveles de bienestar, de justicia, de derechos para la ciudadanía, pero no me manejo en espacios de juego donde la moneda de cambio son la mentira, el insulto, la descalificación personal, el odio,... y, además me repugna. No soy ni mojigata, ni purista, ni desconozco las limitaciones mentales del ser humano, pero simplemente a mi no me pone nada el pelearme irracionalmente. También es cierto, que no me gusta que quienes se manejan bien en el empleo de la violencia, -y no hace falta que sea física, porque a veces la verbal y psicológica puede ser incluso más dañina,- que quienes son “maltratadores o maltratadoras sociales”, se salgan con la suya. Y no me gusta que esas personas estén ni conmigo, ni contra mí.

Hoy en Ezker Batua, la sintonía de fondo me parece perversa.

En el momento en que esta sociedad más necesita contar con una alternativa de izquierdas, con ideas distintas a las que están dominando el mercado político, hoy que cientos de miradas buscan otras formulas alternativas a las que nos están vendiendo PP y PSOE, se encuentran con que sin Gürteles, sin prevaricaciones, sin toda esa mierda, la izquierda se mata entre sí.

Siento que estamos siendo patéticos e irresponsables. Seguimos dándonos latigazos por nuestras actuaciones del pasado,- unas acertadas y otras no-, pero, ya pagamos factura en las anteriores elecciones ¿No hemos aprendido nada?. Si no somos capaces de retomar un camino de izquierda con serenidad, con madurez,… no somos alternativa de nada, solo somos unos bocazas, que lanzamos proclamas para que nadie nos crea y por lo tanto para que nadie confíe en nosotros y nosotras.

Yo tengo hoy un problema, creo en la política, creo en la izquierda, y creo de verdad, de corazón, que no necesitamos enemigos fuera, ya están dentro.

Salomón, se enfrentó a las dos mujeres que reclamaban el niño vivo. El decidió partirlo en dos. Una estaba dispuesta, la otra renunció. Alguna gente de Ezker Batua, no sin dolor, está dispuesta a que no se divida el niño, aman demasiado a esta organización como para estar dispuestas a matarla con tal de salir baldíamente vencedoras, desde aquí gracias a quienes por generosidad no han querido entrar en la pelea estando verdaderamente preocupados, gracias a quienes me han pedido que haga algo, poniendo en mí una confianza que no merecía,  y mis disculpas porque no lo he sabido hacer.

Creo que nuestra deuda con la historia va ser grande si matándonos entre nosotros y nosotras, perdemos de vista que las organizaciones políticas fueron concebidas para servir a la sociedad, y no a los propios egos, y me consta que, si no resolvemos nuestras diferencias, habrá gente que en las próximas elecciones no tendrá opción por la cual votar.