El otro día cayó en mis manos el XLSemanal nº 1.172 y un artículo me llamó la atención:
“Cómo se gestó el complot contra el Euro. LA CONSPIRACIÓN DEL FILET MIGNON”
Luego he leído algo más y aunque quiero que vaya por delante que no soy economista, sino una simple psicóloga, con lo cual el tema, que me resultó muy interesante, quizá no lo sepa explicar técnicamente bien. Voy a intentarlo.En una cena en Nueva York, se juntan George Soros, John Paulson, Steven Cohen, Donald Morgan, David Einhorn. Ellos son presidentes de fondos llamados de “capital de riesgo”. Los hedge funds son fondos que no están regulados, por lo que las autoridades financieras no tienen control sobre ellos. Los hedge funds son instrumentos financieros de alto riesgo y de carácter especulativo. Caso de actuar de manera coordinada y colocar (apostar) cantidades masivas de dinero contra el objetivo que persiguen, dejan de ser agentes pasivos de la operación para transformarse en factores de cambio que hacen más factible el resultado final que pretenden, rompiendo así una de las reglas de funcionamiento de los mercados de competencia perfecta: el ser precio aceptante.
Esta vez, el objetivo es el Euro. Se pretende ir en contra de la moneda que durante la crisis internacional ha tenido éxito frente al dólar norteamericano. ¿Cómo? Juagando con la crisis de Grecia (300.000 millones de euros de deuda soberana y un déficit del 12,7% respecto al PIB), pero también con países de mayor peso, pero vulnerables: Portugal, Irlanda, España e incluso Italia. Lo que algunos economistas anglosajones han denominado los “PIIGS” (Pigs=cerdos), -acrónimo utilizado por la CNN en su programa de finanzas-.
Yo solo sé que esta teoría ya la reveló George Soros en 1992 cuando apostó contra la libra; y ganó. Desde entonces, ha sido copiada en diversas ocasiones. Es el caso de la crisis asiática de 1997, ha vuelto a aplicarse contra Grecia hace unas semanas y parece que también está detrás de la caída de Lehman Brothers. Para que funcione, únicamente se requieren dos elementos básicos: identificar el eslabón más débil del sistema y movilizar grandes cantidades de dinero. Algo que Soros sabe hacer muy bien, ya que es así como amasó el grueso de su fortuna.
Yo solo sé que esta teoría ya la reveló George Soros en 1992 cuando apostó contra la libra; y ganó. Desde entonces, ha sido copiada en diversas ocasiones. Es el caso de la crisis asiática de 1997, ha vuelto a aplicarse contra Grecia hace unas semanas y parece que también está detrás de la caída de Lehman Brothers. Para que funcione, únicamente se requieren dos elementos básicos: identificar el eslabón más débil del sistema y movilizar grandes cantidades de dinero. Algo que Soros sabe hacer muy bien, ya que es así como amasó el grueso de su fortuna.
Dice Félix R. López que “las actuaciones de Soros y sus compañeros pueden llevar al sufrimiento a millones de personas que ven perder sus ahorros, sus empleos, sus perspectivas de vida, su futuro. Esto a su vez genera revueltas sociales que hacen tambalear gobiernos y, por qué no, incrementan el riesgo de conflicto bélico. No nos quepa duda que los movimientos de estos individuos son más peligrosos para nuestro futuro y nuestro bienestar como sociedad que cualquiera de las acciones que hasta ahora haya realizado el grupo de Bin Laden”.
En definitiva, que esos cinco grandes, que se sentaron a la mesa a degustar pollo asado al perfume de limón y champán Krug pueden que vayan contra el euro, pero lo que es cierto es que irán contra millones de ciudadanos y ciudadanas que no tienen el “disgusto” de conocerles, pero que lo van a sentir. Se van a hacer sentir, no les quepa duda. Ya los empezamos a sentir ¿no?
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