martes, 4 de mayo de 2010

¿POR QUE EN POLÍTICA?

Me han preguntado más de una vez por qué entré en política.

En parte por azar, no me lo había planteado nunca, es más sentía cierto escepticismo. Militaba en Ezker Batua, pero sólo era eso militante y en las elecciones generales del 2000 me propusieron como candidata al senado. En Alava, Ezker Batua y PSOE, fueron al senado conjuntamente. En las negociaciones previas conocí a Fernando Buesa y a Javier Rojo. Pocos días después de la presentación del acuerdo, en el Hotel Canciller Ayala, por parte de Fernando Buesa y de obtener mi primera foto política en un abrazo con el Secretario de los Socialistas Alaveses le asesinaron. En ese momento pensé en dejar la política porque tuve miedo.

En el funeral del Fernando Buesa, mientras recorría los metros de entrada, recibí por primera vez el insulto (luego me han insultado de otras formas) de a alguna gente congregada en torno a la Catedral Nueva de Vitoria, que nos grito ¿dónde tenéis el rabo y los cuernos?

Pero, fue en el funeral de Jorge, el escolta de Fernando Buesa, en San Vicente Arano, cuando saliendo del cementerio, la madre nos dijo: Haced algo, que no haya más muertos! cuando sentí que nos dejaban en nuestras manos la búsqueda de caminos hacia la paz y decidí echar para adelante.

En aquellas elecciones tuve muchos votos, (exactamente 37.732) pero aun así no salí elegida, y tras el paréntesis de 15 días de campaña, regresé a mi puesto de trabajo como Psicóloga del ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz. Un año después llegaban las Autonómicas y Javier Madrazo me planteó la posibilidad de optar al Parlamento, Ezker Batua berdeak me confirmó como candidata y los electores me dieron los votos para conseguir un escaño en el Parlamento Vasco. El 8 de Junio de 2001 fui proclamada Parlamentaria y Miembro de la Mesa de Parlamento Vasco y era, al mismo tiempo, casi una analfabeta en ese terreno.

Al comienzo de mi andadura en el Parlamento, un veterano del Partido Nacionalista Vasco, me hizo por primera vez esa pregunta. Le respondí que me preocupaba la justicia social, pero sobre todas las cosas quería contribuir a alcanzar la paz. Se rió de mis palabras y me dijo que si esa era mi pretensión iba a salir frustrada.

El asesinato de Fernando Buesa y de Jorge me habían impactado tanto que yo, defensora de la palabra, de la negociación, de la mediación, porque ese era mi instrumento de trabajo habitual, quería ponerlo todo al servicio de la paz para esta tierra.

Por esa razón, la larga gestación y el nacimiento de Ahotsak significó una de las tareas más importantes y gratificantes de mi actuación personal y política, y una reivindicación del hecho ser mujer.

En el trascurso de mi vida política y ahora fuera ya del status de cargo público, me han seguido preguntando cómo es que “alguien” como yo fue a parar a un sitio como ese, y siempre contesto más o menos lo mismo, porque hice una opción política desde la fe, porque me siento corresponsable en el hecho de alcanzar la paz y porque creo en la fuerza revolucionaria de la palabra.

He trabajado, negociado y defendido leyes y planes importantes, he participado durante ocho años en decenas y decenas de comisiones, he intervenido en los debates de todos los viernes, con temas de asuntos sociales, sanidad, educación, inmigración, cooperación,….y he sentido la impotencia de no haber podido hacer más.

En mi haber, miles de horas dedicadas a estudiar y preparar temas, asistir a actos institucionales, intervenciones públicas, debates, negociaciones,… pero no pude ver como se conquistaba la paz.

Entré en política siendo una analfabeta y regresé a eso que los políticos llaman el mundo real (aunque la inmensa mayoría no lo conocen), con un poquito de cultura política y con una adicción, el no poder dejar de lado la política, porque la vida para mi es política, la vida para mi es usar la palabra como arma para conseguir la utopía.

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